Por Inbox / Corona de Cristo
El dolor no cabía en mi corazón y las interrogantes no cabían en mi mente, llegó un momento en que mi cuerpo no soportó más y, literalmente, se hinchó: así conocí la preeclampsia.
El dolor no cabía en mi corazón y las interrogantes no cabían en mi mente, llegó un momento en que mi cuerpo no soportó más y, literalmente, se hinchó: así conocí la preeclampsia.